sábado, 28 de abril de 2012

Homenaje a Jeros

En el proyecto 'De la rumba soy el dueño' participan Alejandro Sanz, Lolita, Jarabe de Palo, Niña Pastori, entre otros



EFEMADRID.- El 22 de octubre de 1995 moría Juan Antonio Jiménez Muñoz, el del medio de Los Chichos, más conocido como Jeros, al caer al vacío desde un segundo piso. Siete años después un grupo de artistas se han reunido para hacerle un homenaje musical con le disco 'De la rumba soy el dueño'.Alejandro Sanz, Lolita, Jarabe de Palo, Niña Pastori, Pepe Habichuela, Montse Cortés, Marina Heredia, Farruquito, José Soto, Tomatito, Duquende, José Soto, Pepe Luis Carmona y Los Chichos actuales, los hermanos Emilio y Julio González y Emilio hijo, cantan los temas compuestos por Jeros, voz principal del grupo durante muchos años.Los Chichos, que llevan más de 25 años juntos y han vendido más de 15 millones de ejemplares de los diecisiete discos editados, han hecho bailar al ritmo de la rumba a miles de personas con títulos como "Ni más ni menos", "Quiero ser libre", "Bailarás con alegría", "Mujer cruel", "El Vaquilla", "Te vas, me dejas", "Para que tú lo bailes", "Esto sí que tiene guasa" y "Yo, el Vaquilla".
El trío nació cuando a mediados de los años 70 comenzaron a aparecer movimientos musicales como el "gipsy rock" o la rumba pop, eran tiempos de Los Chorbos, Las Grecas, Manzanita, Rumba Tres y Los Chunguitos.
La fusión del pop con la canción española
Los Chichos, nombre que adoptaron porque a Emilio le llamaban en su casa Chicho, fueron los pioneros en fusionar el pop y la canción española, cambiando los esquemas de la canción aflamencada en España, sobre todo por las composiciones de Jeros. "Jeros ha sido un genio. Además, para mi el trío revolucionó el flamenco", dice Lolita en el álbum homenaje.
Pero también fueron los primeros en incluir temas sociales en sus letras, muy al estilo de la canción protesta. "Sus temas han sido como la sintonía de la vida de muchas personas", comenta José Miguel Carmona.
Antonio Sánchez, padre de Paco y Pepe de Lucía, fue quien les descubrió y gracias a él publicaron su primer álbum en 1974, que contenía el "Ni más ni menos", "Te vas me dejas" y "Quiero ser libre", y a partir de ahí empezaron a publicar disco por año, con Jeros escribiendo la mayoría de los temas.
El éxito de sus grandes temas
En 1975 lanzaron "Esto sí que es guasa" y al año siguiente "Son ilusiones". El álbum de 1978, "Hoy igual que ayer", contenía otro de sus grandes éxitos, "Mala ruina tengas", al que seguirían "Amor y ruleta" (1979) "Amor de compra y venta" (1980) y "Bailarás con alegría" (1981), "Déjame solo" (1982), "Ni tú ni yo" (1983), "Adelante" (1984).
En 1985 le tocaría el turno a la banda sonora de la película "Yo, el Vaquilla", de José Antonio de la Loma, sobre uno de los delincuentes juveniles más populares.
Ya en 1990 Jeros decidió seguir su carrera en solitario y no llegó a cuajar, pero perjudicó la marcha general del grupo, por lo que Los Chichos desde entonces no han conseguido tener el mismo éxito. Ahora Chaboli, hijo de Jeros, y José Miguel Carmona, han producido este "De la rumba soy el dueño", con el que esperan volver a alcanzarlo.

lunes, 23 de abril de 2012

Los Chichos plena actuación 1987

Los Chichos eran dueños de las salas y discotecas por donde actuaban, ha su público le encantaba verlos mientras se tomaban unas copas y fumaban sin parar,se respiraba un ambiente a fiesta en cada una de sus actuaciones,era un autentico espectáculo mirarlos sobre el escenario y desenvolviesen con tanto desparpajo.En cada tema que terminaban,iba acompañado de risas y bromas o dedicándoles a las madres o amigos sus canciones.Amenizaban la jarana mientras Emílio,el mas simpático y chicharachero,pedía al público que tocasen las palmas que hacia frío o que "a qui estaban los Chichos pa lo que hiciera falta",Eran frases que siempre acompañó al trío en todas sus giras y aún hoy siguen con la misma tónica,Son su sello particular,al igual que sus medias o enteras vueltas con unas "pataditas" al aire.Puesta en escena Los Chichos eran el reflejo de la alegría ,el amigo que te gustaría tener propio,eran buena gente,gitanos de pura cepa, criados en barrios donde la pobreza hacia mella en la Chabolas de los mas marginales pueblos .A pesar de todo ello,supieron ganarse un hueco en la historia de la rumba y pase los años que pasen siempre serán recordados como unos grandes artistas del siglo XX.por que ellos simplemente son Los Chichos.


sábado, 21 de abril de 2012

El Cristo de los gitanos Los Chichos 1994



En cualquiera de las 50 congregaciones evangelistas de Madrid (iglesia protestante basada en la interpretación personal de la Biblia), se ven decenas de gitanos que cantan al Señor como mejor saben, y saben bien. Pero sólo un local concita la asistencia semanal de la mayoría de los gitanos creyentes que viven del arte. Emilio González, del grupo Los Chichos; Juan Habichuela, de Ketama; su madre; Tony Maya; Ramón el Portugués; Montes; el bailaor Antonio Canales, y otros guitarristas, bailaores, poetas y cantaores gitanos, con sus hijos y esposas, se reúnen todos los domingos por la tarde. El lugar: número 2 de la calle de Rodríguez de Guevara, cerca de la plaza de Vara del Rey, en el Rastro.Justo cuando ese barrio se queda vacío de clientes, poblado por barrenderos, mangueras y cajas de cartones amontonadas por las esquinas, a los gitanos famosos se les ve en los bares del barrio con la Biblia en una mano y un café en la otra, preparados para alabar al Señor. No sólo no cobran nada, sino que dejan caer en una cestilla el dinero suelto que llevan.
 Las mujeres a un lado y los hombres a otro. El oficiante, de traje y corbata, barba y gafas, aclara que sólo se encuentra a Dios cuando se le busca. Y si se acude al culto es para estar allí con el cuerpo y el alma, concentrados. "Gloria, gloria", le contestan desde los bancos. El propio pastor reconoce que hace varios años estuvo enganchado a las drogas, pero que desde que tomó la Palabra ni se acuerda de ellas. Su buen aspecto lo corrobora.Cuando el oficiante da paso a los coros se inunda todo el local de guitarras, altavoces, bombos, micrófonos, órganos y palmadas. El recinto pertenece al culto del distrito de Centro, pero ellos, los artistas, lo toman prestado por dos horas cada domingo. El maestro de ceremonias sigue el ritmo de las canciones dando palmadas en el púlpito, los niños corretean y descargan sus palmadas en las columnas de la iglesia.Después de una rápida introducción, el pastor, Enrique González, cede la palabra a su tío Emilio, ex cantante del grupo Los Chichos, que sube al estrado con su jersey blanco de cuello alto: "La verdad es que casi me da vergüenza que me digan el de Los Chichos, porque, bueno, todos somos iguales ante el Señor y nada nos diferencia. Yo quería deciros que hace ocho meses que conocí a Dios y que desde entonces él entró en mí para sanarme y apartarme de la droga. Le estoy muy agradecido, me ha salvado".Dos horas más tarde, después de varios coros y oraciones, el maestro de ceremonias se dirigía al resto de la congregación: "Mi tío, bueno, nuestro hermano Emilio, de Los Chichos, tiene un hijo que, desde que él abandonó la droga y conoció al Señor, no se separa de él".El niño, apenas mayor de 10 años, cogió el micrófono por primera vez en el culto y cantó una alabanza al Señor a dúo con su padre. Para cada invocación de los oradores, para cada alusión a la fe, hay un creyente que exclama gloria o aleluya, alguien que levanta una palma de la mano, o las dos, hacia el cielo. Y el pastor conoce todos los resortes de sus fieles, sabe cómo animarles y hacerles pensar. Tan pronto cede la voz a los coros como la palabra a Juan Habichuela, del grupo Ketama, que toma el micrófono circunspecto y cuenta una anécdota que encandila a todo el mundo:


"Estoy un poco nervioso porque ayer actuamos delante del Rey y hay que estar muy pendiente de todo lo que se dice. Os voy a contar una historia que ocurrió en Nepal, un país al lado de China. Llegó una vez allí un predicador inglés a dar la Palabra, y como allí hay otra religión, son budistas, lo metieron en la cárcel. Le dijeron que si renunciaba a su religión, a lo que había predicado, que lo soltaban. Pero el dijo que no, se negó".

Los Chichos en Marchagaz 1990.